OBSERVA TU ENTORNO…

Una mañana previa al inicio de los entrenamientos de preparación física con los lanzadores con miras a la Copa Intercontinental en el 2001, tuvimos una situación con una víbora que estaba en el borde del césped donde nos reunimos para correr. Uno de los lanzadores, Ramón Ramírez, agarro la víbora pensando que era inofensiva, siendo una triple X, lo muerde en la mano y de inmediato tuve que trasladarlo a la policlínica más cercana, por suerte tenían el antídoto. Se mantuvo hospitalizado por unos días y con secuelas por un año.